Carlos Mantilla McCormick
El volumen de reservas de gas que aportarán los descubrimientos de Kronos, Purple Angel-1 y Gorgon 1 en el Caribe colombiano aún no se conoce, aunque se presume desde ya que, posiblemente en unos años, darán lo necesario para recuperar la autosuficiencia perdida. Los descubrimientos que hoy nos alegran no podrán ser solución en el corto plazo para recuperar esa autosuficiencia, debido al tiempo que toma evaluar los volúmenes, la técnica del desarrollo y su comercialidad.
No obstante, la noticia es alentadora mirando el futuro de las necesidades del país, no solo en cuanto al uso del recurso natural para el consumo doméstico, también para la generación térmica, para uso industrial o para los programas de uso del gas natural vehicular, así como para obtener ingresos por su exportación. Por esta razón, conviene revisar qué fue lo que hizo posible esta buena nueva que beneficia a todos los colombianos.
Los descubrimientos que hoy alegran son producto de múltiples y diversas circunstancias, entre otras, acciones de parte de las empresas y del gobierno, alineados con incentivos y medidas apropiadas, favorables condiciones del mercado internacional de gas y no verse afectados por las mismas controversias de las operaciones en tierra.
Las medidas adoptadas por el gobierno para incentivar la exploración costa afuera en lo últimos años fueron diversas. Desde la adopción de los programas exploratorios adecuados al mayor costo y riesgo; la extensión de plazos de la etapa exploratoria; las menores tarifas de obligaciones por concepto de derechos económicos en favor de la ANH, ajustando los términos según se trate de aguas profundas o ultraprofundas; hasta la exención de tributos por medio de la creación de zonas francas marítimas y los ajustes regulatorios en materia técnica y ambiental para la perforación de pozos en medio marino.
Estos incentivos fueron acogidos por los inversionistas que en su momento vieron el potencial del Caribe colombiano y la conveniencia de invertir con las reglas dispuestas. Así lo concibieron Ecopetrol, quien primero creyó e invirtió en exploración sísmica en las áreas de los actuales descubrimientos, y Anadarko, cuya experiencia convenía para los intereses nacionales, tal como se ha demostrado en otras inversiones conjuntas con Ecopetrol.
Conviene recordar que Anadarko fue particularmente decidida en la Ronda Colombia 2014, cuando ofreció 123 millones de dólares por el área Col 1, suma que sorprendió a todos, además de ganarse otras dos áreas. Dichos tres contratos los sumó a otros cuatro que ya tenía, Col 5, Col 2, Fuerte Norte y Fuerte Sur. Estos últimos correspondían a áreas originalmente contratadas por Ecopetrol en 2006 que fueron cedidas en 50% de su participación en 2012 a Anadarko quien asumió como operador.
También para resaltar, en 2015, cuando ya se había caído el precio del petróleo, la mayoría de las empresas reducían operaciones y el gobierno buscaba mecanismos para evitar el incumplimiento de contratos, Anadarko ofreció anticipar varios años la realización de actividades exploratorias para ejecutarlas inmediatamente en otras áreas, propuesta que fue bien recibida en el gobierno y aprobada mediante los instrumentos institucionales que así lo permitían.
Actos como éstos demuestran que la tenacidad de invertir altos capitales a riesgo por parte de las empresas, en condiciones económicas aceptables y con políticas confiables, son las causas de lo que hoy se vislumbra en materia de gas natural para el país en los próximos años.