Carlos Mantilla McCormick
ANTECEDENTE:
En la industria petrolera los procesos de selección de contratistas de entidades públicas y de empresas privadas contemplan los principios básicos del régimen de contratación estatal por mandato legal expreso y por la aplicación de principios constitucionales.
La industria petrolera tiene como rasgo distintivo el riesgo, los altos capitales en juego y el manejo de un recurso de interés general, lo cual se traduce en la imposición de reglas, fases y requisitos que responden a esas altas exigencias y, por ello, las precalificaciones en términos de capacidad económica y operacional, las garantías y procedimientos reglados que permitan la confianza del cumplimiento de las obligaciones contraídas por el contratista seleccionado.
El 2012 es un año de interesantes procesos licitatorios para el sector petrolero. Ecopetrol ha puesto en marcha su ambicioso Plan Anual de Compras y contratación (PACC) que incluye los presupuestos de inversiones y de gastos que superarán los $13 billones de pesos del año 2011. La Agencia Nacional de Hidrocarburos ejecutó un presupuesto por $1 billón en gastos de funcionamiento e inversión del 2011 ($400.000 millones para los planes programas y proyectos de inversión del 2012) y está iniciando su Ronda para asignar áreas. Las empresas operadoras ejecutarán contratos que en el 2011 representó ejecuciones en costos, gastos de operación e inversión de aproximadamente USD 644,5 millones.
Toda esa ejecución de recursos se basa en reglamentos de contratación basados en la normatividad de contratación estatal y del Derecho Privado, en donde la regla general es la selección de proveedores mediante procesos competitivos. Las licitaciones y concursos ponen en marcha el desarrollo de análisis y estrategias de segmentación o integración de servicios diseñados por las dependencias de abastecimiento, así como el interés de empresas nacionales y extranjeras para proveerlos.
No obstante que el estatuto de contratación estatal dispone que, en los contratos para la exploración y explotación de recursos naturales, renovables y no renovables, el régimen aplicable es la legislación especial y no el mismo estatuto, las reglas rectoras del mismo deben seguirse: el deber de selección objetiva, los principios de transparencia, economía y responsabilidad. Pues bien, lo fundamental de estos principios son igualmente comunes en los reglamentos de contratación de empresas operadoras, nacionales y extranjeras, regidas por el Derecho Privado, y son de obligatorio acatamiento por el respeto a las reglas de libre competencia.
No obstante, la aplicación de las reglas está sometida a los avatares propios de quienes dirigen los procesos y de quienes compiten en ellos. La necesidad de cambios en los pliegos, la audacia de quienes ofrecen, las triquiñuelas para alterar la igualdad y los sucesos imprevistos llevan a tener que interpretar esas normas y principios con el consecuente riesgo de incurrir en violación de derechos que afecten el proceso mismo y el fin último de la contratación.
Las experiencias tristes en la alteración de las reglas de competencia, en la manipulación de las normas y en la participación con propuestas fundamentadas en acreditaciones falsas son el triste reflejo de una incapacidad para competir y de una incapacidad en el planteamiento de una buena propuesta para ser seleccionado. Ganar haciendo trampa es reconocerse inferior al reto de competir en el mercado. Por fortuna, en este sector los casos de violación de reglas de igualdad y libertad de competencia por los licitantes y por los proponentes no son la regla general, a juzgar por los reclamos y procesos judiciales que se conocen públicamente.
atraer a empresas grandes.
Houston fue otra parada de la promoción que realiza la ANH alrededor del mundo para interesar a los inversionistas en desarrollar proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos en el país. Como en las promociones de las anteriores licitaciones, la ANH está apostándole a repetir su dosis de atraer nuevas inversiones.
Fue ciertamente bien organizado y concebido el evento, dado que se realizó en la semana clave por la presencia de altos ejecutivos de las más grandes empresas petroleras en el marco del CERAWeek, un simposio con discusiones de alto nivel sobre el desarrollo de la industria energética, las preocupaciones de coyuntura y el futuro del negocio en el mundo. También en este evento participaron el Ministro de Minas y Energía, la ANH y funcionarios de Ecopetrol, con lo cual la visibilidad de Colombia estaba asegurada.
La presencia de Daniel Yergin, autor de “The Prize” y premio Pulitzer, le dio un toque llamativo a la promoción, dada la admiración que este hombre genera entre los petroleros. Su opinión en torno a que Colombia no es un país petrolero pero crece en el propósito de serlo debe llamar la atención de quienes aún no ven al país como alternativa.
Entre los temas tratados, en las preguntas y conversaciones durante el descanso, tuvo particular interés la oferta de áreas con potencial en hidrocarburos no convencionales. No obstante la falta de regulación y de infraestructura de transporte, al parecer el potencial de reservas resulta interesante. Las preocupaciones de quienes estaban en las sillas de al lado, empresarios y directivos de una empresa americana con proyectos exploratorios en el país, radicaba en la imposibilidad de cumplir con las exigencias técnico operacionales y económico financieras. Esta es una barrera de entrada para muchos, entendible por la clase de proyectos y la estrategia de apuntarle a cierto tipo de inversionistas.
Con algo de frialdad y franqueza, se abordaron los temas difíciles: seguridad y proceso de licenciamiento ambiental. El Presidente de la ANH se refirió a los problemas de seguridad indicando que aunque falta tener las condiciones óptimas para poder trabajar, la mejora demostrada en los últimos años es evidente. Igualmente resaltó el compromiso del actual Gobierno en esa materia. Era difícil el tema, pues el ataque a los oleoductos y carro tanques y los secuestros de trabajadores en los últimos meses ponen en evidencia que el problema está presente y que los costos operacionales con los cuales se valoran los proyectos de inversión tendrán que contemplar estos aspectos que otros países competidores no incluyen.
Sobre la demora de los permisos ambientales, los empresarios no entienden nuestras trabas, ni les interesa saber que hay una reorganización de la estructura administrativa del sector que está tomando un tiempo inconcebible para el manejo de sus proyectos y los términos contractuales con la ANH.
Varias grandes empresas estuvieron presentes, demostrando el interés de tener dentro de sus portafolios para ser evaluados los bloques y las condiciones ofrecidas por la ANH. El reto para es lograr que ese tipo de jugadores sean los que le apuesten a su oferta.