Carlos Mantilla McCormick
En México acaba de adjudicarse la cuarta convocatoria de la Ronda 2, para suscribir contratos de licencia para exploración y extracción de hidrocarburos en áreas de aguas profundas. Se suscribirán 19 contratos de las 29 áreas ofrecidas, lograron comprometer la perforación de 23 pozos y el pago de 525 millones de dólares por desempate de las ofertas.
De las 29 empresas precalificadas, 18 intervinieron con propuestas, que pertenecen a 15 países, entre otras BHP Billiton, BP, Chevron, China Offshore, Eni, Exxon, Pemex, Repsol, Shell, Statoil y Qatar Petroleum, que tuvieron que demostrar amplia experiencia y capacidad financiera para las exigentes actividades en esas áreas.
Los contratos de licencia tienen como particularidad que la principal contraprestación para el Estado es sobre ingreso bruto, no tiene pactada la recuperación de costos y existe un mecanismo de ajuste con base en la producción que se obtenga. La ley les impone pagos mensuales por impuestos en las fases de exploración y producción según el volumen de área asignada, y pagos por una regalía básica según el tipo de hidrocarburo, independientemente del impuesto sobre la renta cuya tasa es del 30%.
Esta convocatoria tuvo como variables para la adjudicación de contratos el porcentaje de regalía adicional que se ofreciera y el valor del compromiso de inversión adicional equivalente a la perforación de un pozo exploratorio con un factor de ponderación. Se estableció un mecanismo de ajuste para el pago de la regalía adicional, con base en la rentabilidad que fuera obteniendo el inversionista.
Los contratos tienen vigencia de 35 años que con prórrogas podrían llegar a los 50, la etapa de exploración es de 4 a 10 años, la de evaluación de 3, y la de desarrollo y producción comercial de 22 a 28 años.
Estos nuevos contratos se suman a los 74 contratos que se han logrado suscribir en las 8 convocatorias que iniciaron en el año 2015, de los cuales son 17 de la modalidad contratos de producción compartida. Por otra parte, ya se iniciaron las 2 nuevas convocatorias de la Ronda 3, que ofrecen 35 áreas en aguas someras y 37 terrestres, y se espera su adjudicación antes de julio de este año.
Es posible atribuir los buenos resultados a la prospectividad y geografía del territorio mexicano, a sus casi 80 años sin aceptar inversión extranjera, a la confianza en la ejecución de trabajos petroleros o al momento en que ocurren las Rondas, aunque primero se dieron en plena caída del precio y luego sí, en su lenta pero cierta recuperación. Pero el logro en solo 2 años, desde la reforma del 2013 hasta que iniciaron las rondas, es sorprendente.
Es difícil ver esto que ha pasado en México y no mirar nuestro historia reciente. Tenemos afortunadamente un proceso contractual en curso, después de 3 años de haber culminado la Ronda de 2014, y hay una cuantiosa inversión por ejecutarse debido a los retrasos por problemas ambientales, sociales, de seguridad y de coordinación institucional.
Ciertamente han cambiado las épocas en que los mexicanos venían a conocer nuestro modelo, nuestras normas y procedimientos para adaptarlos a su propia condición. Está próxima la fecha en que tengamos que visitar y conocer cómo lograron conformar una nueva estructura, expedir nuevas reglas, echar a andar las Rondas y acertar en atraer inversión para aprovechar el recurso natural existente en su subsuelo, generar ingresos para el Estado, impulso económico para el desarrollo y puestos de trabajo para su gente.