Ronda petrolera mexicana en el peor momento

Carlos Mantilla McCormick

Para el 15 de diciembre estaba programada la presentación de propuestas en la tercera convocatoria de la Ronda 1 para la adjudicación de contratos de licencia para la extracción de hidrocarburos en México.  El momento no es el mejor, dada la última caída de los precios por las  decisiones de OPEP, los acuerdos de la cumbre de París y la sobre producción frente a una demanda incapaz de absorberla.

Al discreto resultado de la primera convocatoria que incluyó áreas marítimas someras del Golfo de México con adjudicación de 2 de 14 bloques exploratorios, le siguió el resultado aceptable de la segunda convocatoria, también para aguas marítimas someras pero para explotación, con adjudicación de 3 de 5 bloques. La tercera fase está destinada a la extracción en áreas terrestres con 25 bloques clasificados en dos tipos, según el volumen remanente de hidrocarburos existente en ellas, menores o mayores a 100.000 barriles.

Las bases de la licitación contienen etapas y requisitos similares a los establecidos para las últimas rondas en Colombia. Al acceso a la información del cuarto de datos, le siguió la visita a las áreas, la inscripción y las aclaraciones, la precalificación, la presentación y apertura de propuestas, y culminará con la adjudicación y la firma de los contratos.

El costo del acceso al cuarto de datos es de US$144.000 y el de la inscripción es de US$16.113. Las garantías de seriedad de las propuestas consisten en carta de crédito stand-by por valor de US$65.000 y US$200.000 para las áreas tipo 1 y 2, respectivamente.

En la precalificación se evalúa la experiencia y capacidades técnicas, de ejecución, financieras y legales de cada Interesado. Debe demostrarse la procedencia de los recursos financieros y presentar documentación legal que demuestre la condición del participante, sea individual o plural.  La evaluación de la experiencia y de la suficiencia técnica y de ejecución del operador se hace mediante la demostración de las capacidades del equipo técnico propuesto, consistente en una experiencia de por lo menos 10 años de quienes ocuparán las posiciones clave y de que la Compañía o el personal propuesto, tiene experiencia en la implementación y operación de sistemas de gestión de seguridad industrial y protección al ambiente en los últimos 5 años.

Para la capacidad financiera se exige un capital de US$5 millones por cada área tipo 1 y US$200 millones por cada área tipo 2. En caso de consorcio, el operador deberá tener al menos la tercera parte en el ente plural.

Para la adjudicación, el factor determinante es el valor ponderado de la oferta que es el resultado de sumar la llamada regalía adicional (factor de ponderación 0,9) más el valor de la inversión adicional (factor 0,1). Existen valores mínimos para cada área. En caso de empate se decidirá por el mayor valor ofrecido como pago en efectivo.

Como se puede apreciar, la apuesta mexicana asume una situación similar a la existente cuando se dieron las rondas colombianas, en las cuales las condiciones fiscales, de estabilidad política y prospectividad hacían atractivo competir por las mejores áreas del territorio. La combinación de esos mismos factores en suelo mexicano, es más llamativa por la prospectividad, pero incierta en cuanto a la carga fiscal que tienen que asumir los proyectos.  Con los precios tan sorpresivamente bajos y perspectivas poco sugestivas para este sector, no es extraño que haya nuevamente decepciones.